martes, 24 de junio de 2008
Traiciones
Traiciones desnudas al ver amanecer,
luces gitanas que parten la mañana en dos si no te veo a ti,
se llena de hojas la sucia vereda que lleva a la esquina
y el frió aterrador que deja sin respiración una ciudad,
se convierte en el manto de tantos mendigos como yo
que alucinamos con ver el sol de alguna primavera.
Amores escondidos tras los parques vacíos,
las luces de los faroles que se niegan a morir injustamente,
y yo que desesperado soy como tu huella,
siguiendo tras los hospitales el aroma a la muerte,
buscando en los bares ya difuntos
el rastro mínimo de tu aroma sobrevolando
tanta perdición, tanta locura apagada y sin tu compañía.
Palomas aburridas de volar, y yo de mirarlas,
es tan pequeño este espacio sin ti, sin tus miradas,
es tan cobarde y tan agridulce aquel recuerdo
y el aire contaminado, y la escarcha de las mañanas
no colabora con los momentos en que vuelvo a creer,
quizás algún día se muera tanto dolor,
quizás este noviembre sea, primavera de amor.
lunes, 23 de junio de 2008
Tequila: ‘Antes los jóvenes querían ser estrellas de rock, hoy prefieren ser brokers"
Los seis años que se mantuvo el grupo en activo, entre 1977 y 1983, fueron, cuanto menos, turbulentos para esta banda que fue pionera a la hora de trasladar el rock al castellano desde que debutara con 'Matrícula de honor' y que no supo evitar un destino que pasó inevitablemente por las drogas y, como consecuencia de ellas, por la disolución del grupo.
Ambos músicos llegaron desde Argentina y se sumaron a un grupo de compatriotas, todos ellos artistas, como Rubi, los hermanos Makaroff o Cecilia Rot, la hermana de Ariel. "Fue un dulce exilio con el que tuvimos la oportunidad de vivir en plena efervescencia nuestra primera juventud. Madrid nos unió mucho", comentan.
"Pocos errores cometimos para lo jóvenes e inexpertos que éramos", asevera Ariel Rot, quien prosiguió una carrera en solitario ya iniciada durante los años de Tequila y que luego formó, junto a Andrés Calamaro y su compañero en Tequila Julián Infante, otra legendaria banda del rock en castellano, Los Rodríguez.
"Entre nuestros aciertos está que todo fue muy natural; hacíamos lo que nos salía. De ahí nació una inspiración especial, una magia que nos hizo conectar con la gente de un modo no planeado", apunta Stivel.
"Quizá en lo que sí fallamos fue en no rescindir el contrato a tiempo -recuerda Rot-, lo que nos obligaba a otros cinco años de condena con la discográfica... algo que solo se solucionó al desaparecer la banda". Elmundo.es/28May
VUELVE TEQUILA!!!!!!!
domingo, 15 de junio de 2008
La "Puta herida"
Aún con esas, te deseamos suerte sin eco, sin regreso. Tú y tus historias, la misma papela de siempre, te echó tan afuera que no sabrás nada más de nostros. Y viceversa.
sábado, 14 de junio de 2008
El Loco de la colina
En mi habitación sembrada de folios que algún día volarán, este loco siempre vuelve, con la palabra por fusil. Desterrando el aullido en aquella lejana colina, acerca ilusiones y momentos mágicos cuando arranca sus silencios a su pertrechado micrófono.
Ponme otro güisqui que mañana te lo pago.
Vivir sin soñar es inhumano. Más del exceso que la sobriedad...
"Creo que no hay nada más terrible que el propio miedo. El miedo es como una cadena que nos impide caminar, como una camisa de fuerza que no nos deja movernos, como una cárcel invisible que nos priva del placer de la libertad.Por miedo nos quedamos sin contemplar los fantásticos paisajes que hay más allá de la frontera del temor. Por miedo nos negamos a caminar, a cambiar, a descubrir nuevos caminos y nuevos horizontes. Por miedo nos conformamos con la mediocridad y con la rutina. Por miedo no nos atrevemos a ser nosotros mismos y nos negamos y nos contradecimos. Por miedo dejamos de hacer lo que nos gustaría y hacemos cosas que aborrecemos. Por miedo nos dejamos oprimir y avasallar. Por miedo preferimos ignorar las verdades y nos refugiamos en las mentiras." Jesus Quintero
jueves, 12 de junio de 2008
Desde una ventana del Mar Menor
Me acaricias
con tu cuerpo revoltoso
cubriéndome de algas
o de pececillos despistados
que resbalan entre mis dedos
como tu espuma blanca,
como el canto melifluo y sincopado
de tus risas y de tus quejas.
Me sumerjo en ti
y me mandas tu mensaje
de caracolas lejanas,
o me golpeas duramente con tus olas
zarandeando mis silencios
que quieren esconderse
del otro lado del inicio del levante.
A veces me arrastras,
me llamas desde tus corrientes
escondidas y falaces
susurrándome con tus resacas
promesas de sirenas y jardines
mar adentro...
Y a veces estoy a punto de creerte.